lunes, 3 de octubre de 2011

Algunos Proyectos de la Semana del Estudiante





ESCUELA SECUNDARIA Nº 7

Explicación del mural “Miradas”

Imágenes seleccionadas por los alumnos de la E.E.M. Nº 3 y E.S.Nº 7

Bocetos, Dirección y Coordinación: a cargo del artista Lucas Fiol.

Ejecución: alumnos, docentes y comunidad casarense.

El mural se conforma con tres escenas que pueden leerse como un recorrido posible que intenta visualizar y plasmar la realidad, sueños, deseos, anhelos e intereses de los adolescentes que concurren a la Escuela Secundaria Nº 7 y al mismo tiempo, contiene una síntesis de elementos plásticos-pictóricos que se han resignificado pero que aluden específicamente a movimientos estéticos o a destacados artistas. Entre ellos, el muralismo mexicano, el surrealismo plasmado por Dalí y las obras de Antonio Seguí y Marta Minujin.

El mural en su totalidad, intenta con su estética ofrecer un mensaje plurisignificativo a través del humor, la ironía y la parodia. Por lo cual, cada observador atento, descubrirá en él otros sentidos posibles a los que se expresan a continuación.

En la primer escena, ocupa un lugar destacado la Catrina, personaje popular retratado por el famoso muralista mexicano Posada, quien se destacó por ilustrar la vida del pueblo y de la burguesía utilizando la caricaturesca figura de los esqueletos. En este mural, el personaje aparece resignificado ya que refleja, expone, critica y denuncia las diferencias sociales, los prejuicios y el desigual acceso de los jóvenes de contextos vulnerables a los bienes simbólicos y culturales.
Catrina, la dama que acompaña a un catrin, elegante, delgada, vieja pero tan viva, también representa la etapa que los adolescentes dejan para ingresar a esta cultura adolescente, signada por sus valores, códigos, vivencias y experiencias.
Catrina, no infunde temor, sino alegría, en ella se plasma la celebración porque la realidad puede cambiarse ya que la escuela es el único espacio que permite, a través del aprendizaje el acceso a conocimientos socialmente valorados.
Desde la base del mural, se erigen una serie de manos ennegrecidas que intentan alcanzar un sol radiante y candente. A través de ellas, los chicos se auto-reflejan e incluyen a la multitud de jóvenes, niños y adultos que aspiran a un nuevo futuro, simbolizado en el sol radiante.
En el extremo derecho, una alusión al famoso y reconocido cuadro del pintor español Salvador Dalí, “La persistencia de la memoria,” conocido también como “Los relojes blandos.”
Estos objetos, que marcan el transcurrir inexorable del tiempo son el reflejo de la memoria, elemento imprescindible para comprender y comprometerse con el pasado y el presente del devenir histórico desde la Verdad y la Justicia. La memoria como oposición al olvido; la memoria para revalorizar los DDHH; la memoria como forma de transmisión; la memoria por las víctimas de los totalitarismos; la memoria como opción válida frente a la violencia.

El segundo tramo del mural, ubicado hacia la zona izquierda de ingreso a la escuela ofrece en una perspectiva destacada, la imagen de un rostro que aparece como la proyección de otros. En él se reinterpretan las esculturas de rostros fragmentados de la artista plástica Marta Minujin que nos muestran en cada figura cuántos podemos ser.
El rostro del mural, nos presenta también la evolución del hombre hasta la actualidad y nos sintetiza la teoría platónica: por un lado, el mundo sensible de las pulsiones instintivas al que se accede mediante los sentidos y por el otro, el mundo inteligible, el de los conceptos al cual se accede mediante el pensamiento y el razonamiento teniendo en cuenta que para alcanzarlo es necesaria la educación.
Hacia el rostro, se proyectan ingresando múltiples números, símbolos e imágenes que representan las posibilidades brindadas por la escolarización, esencialmente de atravesar desde un mundo hacia el otro.

Finalmente, el mural que se abre hacia el lateral que inaugura el patio despejado y visualizado desde la convergencia de las calles 9 de Julio y Guido. Es una alusión a la pintura del argentino Antonio Seguí quien plasmó la serie pictórica “La distancia de la mirada” en la década del ´70, con figuras que miran hacia un muro que impide ver hacia el otro lado.
Los hombre anónimos de Seguí, adquieren un rostro definido en este mural, sobrepasan la pared y descubren la realidad que se proyecta en el futuro deseado a través de sus ojos que se asoman entrecerrados.
La sociedad futura está reflejada en los elementos que pintaron los alumnos y que representan: valores, sentimientos, felicidad, amor, aromas y esencialmente, la paz y el diálogo.

En síntesis:

Desde estas pinturas, los jóvenes desde su propia cultura nos interpelan, nos interrogan y nos preguntan cuáles son las miradas de cada uno de nosotros sobre ellos y además nos solicitan respuestas como ciudadanos al mismo tiempo que nos presentan sus inquietudes y nos ofrecen sus saberes recreando la obra de destacados artistas plásticos.

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